lunes, 20 de mayo de 2019

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA

PSICOLOGÍA SUAYED

MÓDULO: 0711, METODOLOGÍA III.
LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL EN DIFERENTES ÁMBITOS

MAESTRO: GUSTAVO MONTALVO MARTÍNEZ

ALUMNOS:
Miriam Galván Chávez
Rocío Sánchez Benavides
María Luisa Acosta Parra
Leticia Sierra Arriaga
Juan Manuel Hernández Martínez
Gemma Lozada Galicia
Martha Susana Rivera Niño
Cinthya González Sánchez

GRUPO: 9711; 9713

TEMARIO

Unidad I. La Evaluación Conductual de los Problemas de Relación en la Pareja

Unidad II. La Evaluación Conductual de los Problemas de Relaciones Sociales

Unidad III. La Evaluación Conductual de los Problemas Emocionales

Unidad I. La Evaluación Conductual de los Problemas de Relación en la Pareja

La evaluación conductual de los problemas de pareja


La terapia de pareja desde el enfoque cognitivo conductual se basa en el análisis de los conflictos cotidianos que llevan a que la relación se vaya desgastando hasta romperse definitivamente, se plantea cómo aparecen los problemas, y cómo se mantienen, se busca identificar las características que se asocian con los problemas. Para determinar un tratamiento eficaz se busca aumentar el intercambio de conductas positivas, mejorar la comunicación y la resolución de problemas.
Específicamente en la evaluación conductual se deben cumplir varios objetivos como conocer la problemática específica de cada pareja, y así poder realizar un tratamiento a la medida. La evaluación debe permitir verificar si las estrategias y recursos técnicos utilizados en la intervención posibilitan alcanzar los objetivos trazados (Costa y Serrat, 1998, pág. 2). Para poder realizar una evaluación eficaz es importante identificar el problema, para lo cual se utiliza la entrevista inicial y los cuestionarios.
Las entrevistas se pueden realizar a ambos o por separado, estas deben de estar bien estructuradas de manera que se pueda obtener bastante información sobre cómo empezó la relación, qué aspectos influyeron en un principio en la atracción mutua de la pareja y también son importantes los cambios suscitados durante el curso de la relación y el refuerzo emocional en ambos.
Respecto a los cuestionarios, éstos son un complemento de la evaluación y ayudan a reunir información para un obtener un tratamiento adecuado, además ayudan a descubrir nuevos aspectos positivos de la relación.
Algunos de los cuestionarios utilizados son: Cuestionario de Áreas de Compatibilidad-Incompatibilidad. (Carmen Serrat 1980), Cuestionario de Intercambio de Conductas en la pareja (C. Serrat, 1980) en el primero se valora el nivel de satisfacción en la relación así como la identificación de problemas en las áreas de la vida de pareja y familiar, y el segundo define intercambios conductuales agradables o aversivos.
Cuestionario de Actividades de ocio en la pareja (C.Serrat 1980) este cuestionario define qué actividades de ocio pueden resultar placenteras para la pareja. Diferencial Semántico (Osgood 1957) esta prueba evalúa las percepciones de cada uno de la pareja respecto a sus comportamientos y de la relación que llevan.
Escala de ajuste Marital( Locke-Wallace, 1959) evalúa la satisfacción marital expresada por uno de los cónyuges. Marital Precouseling Inventory (Stuart and Stuart, 1972). Evalúa los objetivos del tratamiento, grado de entendimiento marital, distribución del poder, efectividad de la comunicación, satisfacción sexual y educación de los hijos. Area of Change Scale (Weiss, Hops and Patterson 1973) evalúa la conducta de cada miembro de la pareja.
Potential problem Area Checklist (Weiss, Hops and Patterson, 1973) evalúa los conflictos referentes a la vida de pareja y familia.
Marital Activities Inventory (Weiss, Hops and Patterson 1973) Es una lista de 85 actividades recreativas para la pareja.
Otro paso importante en la evaluación conductual de la pareja, después de realizar la entrevista y los cuestionarios es el análisis funcional, es decir determinar las áreas- problema y someterlas a una evaluación más precisa, para lo cual nos valemos de las observaciones y los autorregistros.
En el análisis funcional se busca que la pareja observe su propia conducta y la del otro en la vida cotidiana, así como la forma en que expresan sus sentimientos y cómo solucionan sus problemas.

Habilidades de comunicación 

Es importante observar la comunicación de la pareja, con el objetivo de eliminar o reducir conductas inadecuadas, e incrementar conductas básicas necesarias para una comunicación efectiva y facilitar la solución de problemas.
La observación está dirigida a dos componentes, la comunicación verbal y la no verbal, ya que los gestos y conductas no verbales también tienen un gran impacto con el interlocutor, estas pueden indicar actitudes y estados concretos que le dan un significado congruente a lo que la persona quiere decir.

Indicadores no verbales: 
  • Actitud segura o insegura 
  • Estado cordial o amistoso
  • Estilo dominante
  • Estados emocionales como sorpresa, alegría, tristeza, ira, miedo, etc.
  • Contacto visual 
  • Expresión facial
  • Posturas 
Los componentes verbales suelen transmitir contenidos, además de que ciertos estados emocionales en el interlocutor dependerán de la buena transmisión del mensaje. A continuación se presentan algunos ejemplos de errores frecuentes en la comunicación verbal.

  • Hablar por debajo de lo normal
  • Expresiones desconectadas
  • Interrupción 
  • Déficit de contestación 
  • Excesiva generalización 
  • Falta de especificad
  • Evitación de un tema 
  • Déficit de reconocer la razón de la otra persona 
  • Respuestas cortantes 
  • Insultos 
  • Adivinación del pensamiento o asumir


Consecuencias 
Las conductas de ambos miembros de la pareja actúan como consecuencia de la conducta del otro. Estas consecuencias se pueden utilizar para aprender conductas efectivas, o también se pueden fomentar conductas inadecuadas, este aprendizaje está relacionado con la falta de estímulos reforzadores ante las conductas deseadas, como comentarios positivos. 

Auto registros 
Este tipo de registro es útil para recabar información acerca de tasas y tipo de intercambios conductuales en la pareja, y expresar las conductas que se quieren cambiar, también para realizar una evaluación cognitiva de las expectativas entre cada uno y los pensamientos positivos o negativos acerca de sí mismo y del otro. 

Evaluación del proceso terapéutico 
Es un proceso continuo donde se comparan los índices iniciales y presentes del objeto de evaluación. Los métodos utilizados son los que ya se mencionaron anteriormente; entrevistas, autorregistros, cuestionarios, observaciones de conducta y otras que hayan sido utilizadas durante la intervención. Con esta información se puede proceder a:
  • Continuar con las hipótesis previamente delineadas
  • Considerar la implementación de alguna estrategia alternativa más efectiva y económica
  • Reemplazar las hipótesis originales por otras alternativas
  • Adecuar o implementar opciones y objetivos 
  • Revisar el tiempo de experimentación  
Evaluación de resultados
Es la evaluación final del proceso y suele realizarse con base en los objetivos conseguidos, y los resultados del proceso terapéutico. Algunos ejemplos de instrumentos utilizados son:
  • Diferencial semántico 
  • Cuestionario de actividades de ocio en la pareja (C. Serrat, 1980)
  • Escala de ajuste marital (Locke-Wallace, 1959)
  • Cuestionario de áreas de compatibilidad-incompatibilidad en la pareja (C. Serrat, 1980)
  • Cuestionario de intercambio de conductas en la pareja (C. Serrat, 1980)
  • Hoja de observación para la tarea de resolución de problemas (Keefe, 1978) 

La evaluación conductual se puede aplicar en diferentes ámbitos, uno de estos son las desviaciones sexuales, las cuales se entienden que estas se presentan cuando alguna respuesta psicofisiológica relacionada con alguna etapa de la relación sexual o en su totalidad no se produce o se produce de manera parcial.
Hay que mencionar que este tema en particular es difícil de tratar, primero porque los pacientes en muchas ocasiones no proporcionan datos fiable, además existe una gran cantidad de variables a evaluar y por último es complejo la cuantificación de las respuestas fisiológicas.
Como primer acercamiento para cualquier caso a tratar y realizar una evaluación confiable se debe de realizar una entrevista, la cual es la mejor herramienta para la obtención de información sobre el problema.
Están también los cuestionarios, los cuales dependiendo el problema es el que se va aplicar, estos también nos dan información, pero de un tema más específico.

Los objetivos de la evaluación según Hawton (1989), mencionado en Labrador, 1995, son:
  • Definir la naturaleza del problema y los cambios que el cliente desea conseguir.
  • Obtener información que permita al terapeuta formular una explicación tentativa de las causas del problema en términos de factores de predisposición, precipitantes y de mantenimiento.
  • Evaluar que tipo de intervención terapéutica es indicada de acuerdo con esa formulación.
  • Proporcionar al cliente una explicación del problema en la que se especifiquen los factores causales y de mantenimiento, así como las posibles soluciones.
  • Dicha formulación servirá para iniciar el proceso de intervención.



DESCRIPCIÓN , CLASIFICACIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA DE LAS DISFUNCIONES SEXUALES


Las disfunciones sexuales  se encuentran dentro de una clasificación de  diversos tipos de problema para mantener una relación sexual exitosa, se presenta tanto en hombres como mujeres, su origen se debe a diferentes factores tanto psicológicos como físicos.
Se definen como el impedimento que presenta una persona para iniciar, continuar o en su caso culminar el acto sexual.
El tema ha sido de gran interés para diversos investigadores a través del tiempo buscando identificar y describir cada uno de estos. En 1993 (APA) diseño una categorización de las disfunciones existentes que van desde trastornos de deseo sexual, de orgasmos y por dolor.

Clasificación de las disfunciones sexuales:
Muchas de las personas que tienen alguno de estos trastornos suelen sentir miedo y pena razón por la que se mantiene en silencio, sin embargo es importante buscar ayuda y evitar conflictos en la relación de pareja.
Cuando se presenta un problema de este tipo el terapeuta desarrollará un procedimiento que permita identificar el origen del problema y en base a ello estructurar un tratamiento adecuado, este último dependerá del momento en que surge y el tiempo que se ha prolongado, todo esto por medio de la Evaluación conductual indispensable al momento de determinar si se trata de una disfunción primaria o secundaria, parcial o total, tiene por objetivo recabar información suficiente para identificar el trastorno, definir al problema como tal y evaluar la intervención más adecuada.
De acuerdo con Labrador, De la Puente y Crespo (1995) se describe que la evaluación en las disfunciones busca guiar a los pacientes a establecer relaciones funcionales entre la aparición y el mantenimiento del trastorno junto con las variables ambientales y organísmicas que se relacionan a la disfunción. 
Al momento de aplicar una evaluación se deben retomar 4 áreas específicas  descritas a continuación.
-Médica: Sirve para desechar la posibilidad de causas orgánicas, problema físico, así como la posible consecuencia de alguna sustancia nociva.
-Psicológica: Descartar la existencia de otro trastorno que pudiera provocar los síntomas presentados.
-De sexualidad: Útil para identificar el conjunto de aspectos relacionados con la sexualidad.
-De pareja: Se analiza la relación para evaluar si tiene incidencia en el caso o en su caso el  impacto que tiene la disfunción.

La evaluación se conforma de  una serie de herramientas indispensables en su proceso, como son:
  • Entrevista inicial: Sirve para recabar información sobre el surgimiento y mantenimiento del mismo, indaga sobre los antecedentes de su desarrollo, la percepción del paciente, vida actual y  tipo de relación.
  • Autoinformes: Es un complemento a la información de la entrevista, proporciona datos rápidos e información que haya sido omitida, aunque carecen de cierta fiabilidad y limitadas especificaciones, es un buen recurso para evaluar la activiades sexual así como los diferentes aspectos que repercuten en el surgimiento y estimulación de la disfunción.
  • Exámenes físicos y médicos: Sirven para identificar o rechazar una disfunción de origen orgánico, este aspecto lo cubre un médico por recomendación psicológica.
  • Pruebas Psicofisiológicas: Como lo describe Labrador, Puente y Crespo (1996) a través de esta evaluación se pueden establecer relaciones entre variables psicológicas y fisiológicas (pensamientos y reacción sexual).
  • Observación directa: Se aplica en menor porcentaje debido a cohibición o alteración que pudiera presentarse al saber que son observados.
  • Autorregistros: Es un instrumento muy utilizado por los resultados que otorga respecto a frecuencia, la participación de aspectos internos y externos así como conocer aquellos pensamientos privados, otra de sus ventajas es identificar la evolución que tiene el tratamiento.

Cuando se ha concluido el proceso de recopilación de la información es momento de continuar con la siguiente etapa llamada: Formulación del problema dirigida a crear una explicación de la disfunción clara y explícita para la fácil comprensión del paciente, incitar una actitud positiva de soluciones al problema, informar sobre la secuencia de la intervención así como la aclaración de dudas, y seguimiento de recomendaciones, finalmente el terapeuta tiene la obligación de cerciorarse sobre la correcta interpretación y formulación del programa de intervención.



Unidad II. La Evaluación Conductual de los Problemas de Relaciones Sociales

En el diccionario de filosofía (2019) se define a las relaciones sociales como:

Diversas relaciones entre los hombres, que se establecen en el proceso de su actividad en común. Las relaciones sociales se dividen en materiales e ideológicas. Las últimas solo representan una superestructura de las primeras. La producción de los bienes materiales constituye la base de la existencia y desarrollo de la sociedad humana. Por eso, de todas las relaciones sociales, las más importantes son las relaciones de producción, las relaciones económicas. Las relaciones de producción determinan el carácter de todas las otras relaciones sociales: políticas, morales, &c. El concepto de la dependencia de todas las relaciones con respecto a las relaciones de producción, como determinantes, permitió, por vez primera, explicar cada régimen social como un todo unitario.


Las relaciones sociales se pueden definir de acuerdo a López (2007) como todas aquellas conductas que las personas emiten en situaciones interpersonales, esto con el fin de obtener respuestas positivas de las demás personas. En esta misma línea de investigación la autora considera que es de vital importancia relacionarnos con los demás de forma adecuada, a d a fin de propiciar relaciones con otros más sanas y generar ambientes de desarrollo óptimos; además es importante mencionar que esto debe ser fomentado desde la infancia ya que es sabido por diferentes estudios que los niños con déficit en la habilidad social tienden a presentar problemas de aprendizaje, deficiencias en el desarrollo cognitivo y emocional, problemas incluso delictivos, estas dificultades incluso llegan hasta la edad adulta agravándose o presentándose por primera vez.

Fisher (citado por Grossetti, 2014) sugiere que las relaciones sociales se pueden dar en los siguientes contextos; en primera instancia en la familia y las que son construidas durante la infancia, el trabajo, la escuela y el ejército (cuando se ven enlistados), estos últimos tres son organizaciones que tienen una regla, un nombre, límites, etc., posteriormente le sigue el barrio o la colonia, que son las personas que se relacionan por aquellas cosas que se tienen en común, además son gente que se ha conocido gracias a la intervención de terceros. Ahora bien, dentro de esos contextos se pueden agrupar tres tipos de situaciones en las cuales se agrupan estos contextos: el primero son todas aquellas relaciones derivadas de los círculos, el segundo comprende aquellas construidas en torno a intereses comunes y el último se refiere a las que son derivadas de otras relaciones.

Respecto a los mecanismos que regulan las interacciones sociales Santoyo (2007) propone tres, el primero es la efectividad social, la cual es una habilidad que  genera una reacción en su ambiente social; la correspondencia es la capacidad de responder a las demandas de su ambiente social y una forma de proporcionar reforzamiento a las iniciativas de otros; por último la reciprocidad se define como "una igualación en la proporción" o simetría de conductas.
La importancia de tener una vida social activa radica en tener contacto con otros individuos no solo en el área en la cual se labora, sino desde la etapa escolar ya que desde esta se pueden formar lazos que generen vínculos que trascienden, por esta razón es importante trabajar sobre los mecanismos que ayudan a regular las interacciones sociales. A demás Inglés, Méndez e Hidalgo (2005) añaden en sus estudios que disponer de abundantes relaciones sociales permite desarrollar habilidades interpersonales, de este modo a largo plazo se previene la aparición de ansiedad social, conductas agresivas, problemas en las relaciones sociales, baja autoestima, ayuda incluso a afrontar situaciones sociales conflictivas.
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Otro de los conceptos de habilidades sociales lo propone (Phillips, como se cita en Gil,León y García, 1995), “la medida en que una persona puede comunicarse con otros de una manera que asegure sus propios derechos, requerimientos, satisfacciones y obligaciones, en un grado razonable, sin afectar los derechos similares de las otras personas…”.  El hecho de hablar de habilidades sociales nos hace pensar que son adquiridas y por lo tanto setas pueden variar dependiendo de factores como la cultura, el medio ambiente, las características de la person y de las actualizaciones que se viven en el transcurso del desarrollo y la interacción con las demás personas. Estas habilidades deben ser reforzadas para que prevalezcan. Estas pueden ser en la interacción social, para mantener o mejorar las relaciones interpersonales o impedir el bloqueo del reforzamiento social y mantener la autoestima (Gil, et al, 1995). El poder adquirir estas habilidades debe ser desde pequeños e irse reforzando con el desarrollo gradual del individuo. El no obtenerlas en la etapa del desarrollo puede derivar que la falta de habilidades sociales o poseerlas pero siendo estas inapropiadas. Los déficit en habilidades sociales se asocian también a originar psicopatologías, que es el resultado de predisposiciones orgánicas y la exposición a situaciones conflictivas o estresantes que aumenta la posibilidad de acrecentar la personalidad y la del trastorno. Gil, 1995 dice que para determinar la incompetencia social es necesario detectar algunas situaciones que experimenta el individuo como:
a) Ausencia de respuestas habilidosas. 
b) Siente ansiedad para poder respònder.
c) Se autoevalúa negativamente.
d) Sin motivación para actuar en alguna situación.
e) No discrimina adecuadamente sus respuestas.
f) No está seguro de sus derechos para responder.
g) Tiene una deshabituación de las respuestas sociales.
h) Obstáculos ambientales restrictivos para expresarse o que lo castigan al hacerlo.
Todas estas se pueden clasificar como modelos de: déficit de conduct, de ansiedad condicionada, de discriminación errónea y de habilidades cognitivas y perceptivas. De igual forma estos modelos implican su desarrollo en cuatro elementos de forma estructurada: 
1. Entrenamiento en habilidades sociales que emplean procedimientos como: modelado, ensayo de conducta, retroalimentación y reforzamiento.
2. Reducción de ansiedad: se lleva a cabo una nueva conducta más adaptativa que sea menos compatible con la ansiedad, pueden emplearse las técnicas de relajación o de desensibilización sistemática.
3. Reestructuración cognitiva: se intentan modificar valores, creencias, cogniciones o actitudes del sujeto. la adquisición de nuevas conductas modifica a largo plazo las cogniciones del sujeto (Caballo, 2007).
4. Entrenamiento en solución de problemas: se le enseña al sujeto a percibir valores de situaciones relevantes  y procesar valores para generar respuestas.


Algunos procedimientos en el entrenamiento en habilidades sociales son:
Ensayo de conducta: ensayo encubierto y ensayo manifiesto.
Modelado: encubierto y manifiesto.
Reforzamiento: encubierto, manifiesto y autorreforzamiento
Retroalimentación: audio/video, verbal, no verbal y por fichas.
instrucciones.
Aleccionamiento.
Tareas para casa.
Llevar un diario.
Reestructuración cognitiva.
Ejercicios de solución de problemas.
autoinstrucciones.
Detención de pensamiento.
relajación.
Desensibilización.
Inundación.
Reflejarse.
Discución en grupos.
Ejercicios de clarificación de valores.
Ejercicios no verbales.
Autoevaluación.
Exhortación y charla del terapeuta.
Lecturas seleccionadas.
Películas.
Autocontrol.
Psicodrama.


Cabe señalar que la ausencia de habilidades sociales puede ser causante de la esquizofrenia una de las enfermedades más comunes que se diagnostica en personas con este déficit. 
En la detección de personas que no cuentan con habilidades sociales o que estas son inapropiadas se les puede identificar al manifestar trastornos de déficit de atención e hiperactividad TDAH, fracaso escolar, depresión, baja autoestima, etc.


Unidad III. La Evaluación Conductual de los Problemas Emocionales

TIPOS DE TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO

Su concepto básico es la categoría general del “episodio”, esto es un periodo prolongado por lo menos de 2 semanas dentro de las cuales han aparecido un conjunto de síntomas afectivos. En este apartado se destacan 2 grandes subcategorías como lo son:
  • Trastorno Depresivo: Caracterizado por la presencia de por lo menos 1 episodio de depresión sin que exista o haya existido la historia de episodios hipomaníacos o maníacos. Lo que destaca más comúnmente es la presencia de la depresión mayor que se entiende como un cuadro depresivo, y para poder diagnosticarlo primero debe de cumplir ciertos síntomas y requisitos adicionales, un ejemplo es que los síntomas no sean originados por una causa orgánica ni por la pérdida de un ser querido.
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En dado caso de que la persona sufra un trastorno anímico a causa de una enfermedad, ésta no debe recibir diagnóstico de “trastorno afectivo” sino deberá ser diagnosticado como “trastorno orgánico del estado de ánimo”, pese que esta categoría no está incluida dentro del apartado de los “Trastornos del Estado de ánimo”, sino que por el contrario, está dentro de los “Trastornos orgánicos”.
Otra subcategoría depresiva es la llamada “distimia” la cual es un estado de depresión que no necesariamente cumple con todos los síntomas de la depresión mayor, pero ha estado persistente por lo menos durante 2 años y de forma continua, esta se trataría como una especie de “personalidad depresiva”.
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  • Trastornos Bipolares: Incluye a las personas que manifiestan o hayan manifestado episodios de manía, que hayan existido o no episodios de depresión, aunque hay a quienes se les presentan alteraciones de episodios depresivos y maníacos, por otro lado los episodios de manía se alteran con episodios de “normalidad”. Para su diagnóstico no es suficiente con el utilizar la escala de síntomas sino que requiere la utilización de criterios precisos tanto de inclusión y exclusión para su adecuado diagnóstico además de una evaluación adecuada de los trastornos afectivos donde se deberá incluir un sistema de diagnóstico categorial, con el fin de tener un método de cuantificación de los síntomas que permita la evaluación de la gravedad del trastorno.

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EPIDEMIOLOGÍA

Escalas de observación

  • Escala para la Evaluación de la Depresión de Hamilton (HRSD): No pretende hacer un diagnóstico de depresión, fue diseñada para cuantificar los síntomas en pacientes ya diagnosticados con depresión.Escala de Melancolía de Bech-Rafaelsen: Es una modificación de la escala Hamilton, evalúa mediante 4 ítems del retardo motor, intelectual, verbal y emocional los cuales son característicos de la “depresión melancólica”.
  • Escala de Evaluación de la Depresión de Montgomery-Asberg (MADRS): Diseñada para ser perceptiva al cambio y a los efectos del tratamiento. Esta escala debe ser ocupada tras la entrevista clínica.
  • Escalas autoaplicadas Inventario de Depresión de Beck (BDI): Evalúa un amplio espectro de síntomas depresivos, se caracteriza por cubrir síntomas cognitivos como lo es la desesperanza, falta de concentración, pérdida de autoestima, etc. No recoge síntomas que supongan déficits por exceso, como lo es el aumento de peso, hipersomnio, agitación psicomotora. Puede ser difícil de entender o resulta engorrosa.
  • La escala de Depresión Autoaplicada de Zung (SDS): Uno de sus problemas es que evalúa a frecuencia y no la intensidad de los síntomas, pese a que es fácil de aplicar y corregir su uso es cada vez menor.
  • Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (HAD): Dirigida a evaluar síntomas de depresión y de ansiedad, diseñado para usarse con paciente hospitalizados con trastornos físicos. Uno de sus problemas es que la escala no es constante, la evaluación de la depresión está limitada.
  • Escalas Analógicas Visuales (VAS): utilizada tanto por los propios sujetos como por los observadores, son muy inespecíficas. Evalúa diferentes estados del ánimo como la depresión, ansiedad, e irritabilidad).
  • Screening de síntomas maníacos: Dentro de las escalas autoaplicadas, que de hecho, no son muy útiles ya que un paciente en fase maníaca suele estar agitado, hiperactivo, y con una escasa conciencia (insighi) de su problema.
  • Escala MA1PI-MA: Sirve para identificar síntomas maníacos en pacientes psiquiátricos, fueron diseñados para diferenciar grupos de personas.
  • Escala de Estado Maníaco (MS): Se diseñó como una escala de observación hospitalaria, considerada como muy larga, poco clara y con ítems inespecíficos.
  • Escala de Manía de Bech-Rafaelsen: Instrumento más utilizado, tiene definiciones bastante precisas para la evaluación de la gravedad de cada uno de sus ítems.

Pensamientos automáticos

  • Cuestionario de Pensamientos Automáticos (ATQ. /lo/Ion y Kendall, 1981): Instrumento de aplicación sencilla. Parece sensible al cambio y con una correlación aceptable con indicadores de gravedad global que son otorgados por los clínicos expertos.




MEDIDAS CONDUCTUALES  
Deprimidos y no deprimidos parece que no se diferencian tanto por el nivel de actividad general que efectúan sino por el número de actividades agradables y desagradables que llevan a cabo (Lewinsohn y Amenson,  como se citó en Vázquez, 1995). En este sentido, dentro de las teorías conductuales de la depresión, quizá los instrumentos más interesantes fueron los desarrollados inicialmente por Lewinsohn para evaluar la frecuencia y disfrute de actividades reforzantes. Estas escalas pueden tener utilidad en el diseño de las terapias psicológicas con los pacientes y en la monitorización del tratamiento.
Hay dos escalas básicas:
- El Inventario de Sucesos Agradables, enlista 320 actividades relativamente comunes, sociales solitarias, que suelen ser agradables para muchas personas: ver viejos amigos, coser, estar con los hijos, ir al cine, etc, (MacPhillamy y Lewinsohn, como se citó en Vázquez, 1995, p.20). 
- El Inventario de Sucesos Desagradables señala que los depresivos no solo experimentan y/o disfrutan menos experiencias positivas sino que además son más sensibles ante sucesos aversivos. Consta de 320 actividades negativas y se puntúa el grado de disfrutar (Lewinsohn y Talkington, como se citó en Vázquez, 1995, p.21).


MEDIDAS FISIOLÓGICAS

2 potenciales marcadores diagnósticos (Hamilton y Shapiro, 1990).

- Trastornos específicos del sueño. Existen varios parámetros que pudieran estar afectados, pero en general los resultados más robustos hacen referencia a anomalías en el sueño REM.
- Test de la supresión de dexametasona (DST). Se dirige a comprobar la actividad del sistema límbico, el hipotálamo, la hipófisis y las glándulas supracorticales en la depresión.

A continuación se muestra un video que habla sobre los trastornos del sueño en adultos.



Ahora compartimos un video sobre el trastorno ciclotímico.                             

Referencias

Clínica Medellín. (2013). Trastornos del sueño y consecuencias de no dormir bien. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=E5hXO6Mff6Q

Caballo, V. E. (2007) Entrenamiento en habilidades sociales. Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales.Siglo XXI De España Editores S. A. P.p. 181-205

Gil, F. León, M. y García, M. (1995). Evaluación de las Habilidades Sociales. En A. Roa. Evaluación en psicología clínica y de la salud. Madrid: CEPE. Cap. 9

González Pérez, Marco Antonio. (2018). Relaciones sociales de discriminación en espacios de aprendizaje en la carrera de Psicología a distancia en la Universidad Nacional Autónoma de México. CPU-e. Revista de Investigación Educativa, (26), 20-43. Recuperado en 16 de mayo de 2019, de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-53082018000100020&lng=es&tlng=es.

Grossetti, Michel, (2009) ¿Qué es una relación social? Un conjunto de mediaciones diádicas. Revista hispana para el análisis de redes sociales (2) Recuperado el  16 de mayo de 2019, de: https://revistes.uab.cat/redes/article/view/v16-n1-grossetti

Inglés, C.J., Hidalgo, M.D. y Méndez, F.X. (2005). Interpersonal difficulties in adolescence: a new self-report measure. European Journal of Psychological Assessment, 21, 11-22

Labrador, F., Puente, M., y Crespo, M. (1995). Evaluación de las disfunciones sexuales. En A. Roa, Evaluación de Psicología Clínica y de la Salud (Cáp 8). Madrid: CEPE.

PsicoActiva. (2018). La ciclotimia: diferencia con el trastorno bipolar. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=FOLTEtSpHos

Santoyo, V. C., Colmenares, V. L. & Losada, L. J. L. (2007). Redes sociales: Modalidades, funcionalidad y continuidad en una disciplina de síntesis. En C. Santoyo (Ed.) Estabilidad y cambio de patrones de comportamiento en escenarios naturales: un estudio longitudinal en Coyoacán (pp. 81–112). México: UNAM/CONACyT.

Vázquez, C. (1995). Evaluación de trastornos bipolares y depresión. En A. Roa, Evaluación Psicológica Clínica y de la Salud (Cap 3).Madrid: CEPE.